Esta imagen fue tomada hoy en el intercambio vial de Bulerías en la ciudad de Medellín. Algunos criticarán nuevamente el diseño de este deprimido, dirán que la pendiente es muy alta, que el separador es muy bajo, entre otras cosas. Claro, ya veo las típicas frases como "Los que diseñaron eso son unos animales que no saben nada de ingeniería" o "Yo siempre le he tenido susto al deprimido, prefiero dar la vuelta por la glorieta". Pero la culpa no es solamente del diseño del intercambio, algo de crédito hay que darle tanto al conductor de la volqueta como al propietario de la misma. No se entiende que un vehículo de tal peso transite a alta velocidad por esta vía. Claro, dirá que el vehículo presentó fallas mecánicas, que tuvo un problema con los frenos, que alguien se le atravesó y por esquivarlo se fue, que se atravesaron unos paticos muy lindos y que se salió de la vía por no atropellarlos...en fin. Si realmente se trata de una falla mecánica tampoco quedan exonerados estos personajes, ya que una volqueta en malas condiciones no tiene por qué transitar por las calles de la ciudad.

Bueno, la invitación es a que propongan castigos para el conductor y el propietario. Pérdida de licencia, confiscación de la volqueta, obligarlos a barrer en Bulerías un mes, que peleen entre sí hasta la muerte, sumergirlos en ácido, son algunos de los más razonables. Esperamos sus propuestas. Y a los que se creen expertos en tráfico o en obras civiles, les aseguro que nadie les va a hacer caso (incluso si realmente lo son) así que no pierdan su tiempo escribiendo sus brillantes soluciones.

Galo