Para este mes de aniversario del blog hemos invitado a nuestros amigos a escribir un post para él. Esta vez el invitado es nuestro gran amigo Jorge Luis, creador de
Dios es Redondo.
Recuerden, todo comentario, elogio, crítica, insulto o amenaza que tenga que ver con este post debe ir dirigida a Jorge Luis.
El Fútbol ya no es una excusa para sonreír en este país.
“El Fútbol siempre jugará en el campo de los cambios ideológicos"
Por Jorge Luis Mora Rocha
Si bien es cierto, el fútbol era un medio donde los colombianos se distraían y salían de la actualidad social. En pocas palabras, otro mundo, o camino de huida.
El fútbol ya no es algo para dispersarse de la actualidad que nos aqueja. Las malas noticias de todos los días, los atenuantes horarios de telenovelas, y las ridículas noticias de farándula, empezaron a alternarse con el deporte rey. Es triste ver como la década del 90’ tendría que ser tan anhelada en tan poco tiempo. Lo teníamos todo para volverla a pedir dentro de muchos años; materia prima, y preparación teníamos suficiente, lamentablemente la mano tipo política llegó al deporte más hermoso del mundo. Pero en Colombia con más afianzamiento y con la divina ayuda de nosotros mismos.
A partir de este siglo, nos dábamos el lujo de reprochar todo lo que la Selección producía, es como si nos creyéramos ricos, y reprocháramos todo los que nuestro papá o mamá humildemente nos traiga. La palabra que engloba esto, es la falta de humildad.
El acoso que siempre proporcionábamos a los directivos y técnico, llevaban a un apresuramiento de lo llamado ciclo, y como el buen dicho dice, “del afán sólo queda el cansancio”, hoy vemos tristes resultados, y empezando con la selección, ya llegamos a los clubes.
Selección:
Como lo estaba nombrando. Las ansias de mandar, de formar cada quién su selección, llevaron a que las frases “te doy X cantidad para que me llames a Y jugador” ó “necesito un gran favor –amigo-, éste jugador lo necesito en la selección”, se fortalecieran tanto, que el técnico que llegara se veía obligado a seguirlas. Primeramente, sacamos a Maturana, aunque tal vez tuvo más peso la muy mala campaña de las eliminatorias, pero para el siguiente técnico, Reynaldo Rueda, lo veríamos como un vil títere. Los periodistas, con un vocabulario “formal”, la sociedad, con un diccionario soez; pero los dos con el mismo fin: convocar a jugadores que quisiéramos.
Llegamos a tal punto de mandar la selección, que con la falta de visitar Alemania, no tuvimos que dar nuestra opinión, pues la directiva ya lo sabía, conseguir otro técnico. Pero la pregunta, ¿quién?, llevaría a pensar muchas cosas, pero al final se tomó la decisión, tenía que ser un extranjero. ¿Pero por qué? Para casi todos, era porque teníamos que cambiar de estilo de juego, la verdad era que nuestro fútbol ya no tenía nada que hacer frente al de los demás oponentes; de una u otra forma, estábamos desactualizados, pero lo cierto era que la necesidad de actualizarnos era inminente.
Jorge Luis Pinto, un santandereano, salió nombrado como el nuevo director técnico de nuestra Selección. Llegó con una frase que nos tranquilizó a gran parte de la sociedad: “yo no me voy a dejar mandar de nadie, desde ahora, el técnico, el que escoge los jugadores soy yo.” Conociendo como es Jorge Luis Pinto, esta frase siempre se iba a cumplir, pero empezó a aflojar con las diferentes convocatorias de los amistosos. Ahora la gran prueba para que la frase se sostuviera era la Copa América. Para darle vitamina a su renaciente frase, dijo, “nombraré algunos hombres para ver si me pueden servir para la eliminatoria”, pienso que por eso llamó a Vargas, Banguero, y Arizala; y dejó de convocar a Galván Rey, Montero, J C Escobar, y muchos que se merecían estar allí.
El hecho de que se tenía que cambiar de generación en la selección simplemente era una opinión, pero luego de dicha copa, es un sinónimo de obligación. A la hoguera fueron, Córdoba, Yepes, y Calero; los beneficiados, Zapata, Mendoza, Amaya, Montero, Zúñiga, Castrillon, Aldo, Elvis Gonzales, Charria, y otros.
Da aflicción tener que descartar a estos excelentes jugadores, da desconsuelo pensar que este excelente grupo no haya jugado ningún mundial. La materia prima existía, éramos catalogados como una de las mejores nóminas del mundo, pero la des humildad y des unión dirían presente.
Actualmente estamos en estado de suspensión, y estaremos así hasta un nuevo llamado, donde veremos que lista de convocados empezarán a caminar hacía África.
Clubes:
Seguir en la misma tónica de contratar los mismos técnicos, hizo de ese circulo vicioso algo realmente invulnerable. Darle continuidad a la táctica de Néstor Otero, Miguel Prince, Pedro Sarmiento, Héctor Quintabani, Hernán Darío Herrera, etc. hace que el fútbol colombiano se estanque. Ahora, ¿por qué Ecuador tiene un fútbol superior al de Colombia?, allá es lo contrario a lo ocurrido aquí, técnicos de otros países hacen presencia, y con el simple hecho de tener técnicos extranjeros, es un boleto para que jugadores foráneos también lo hagan. Pero cada seis meses probamos y averiguamos que tal nos sale el invento de traer jugadores de la B ó C de Argentina, traer figuras de equipos de media tabla para abajo de otros países, tenemos el plato predilecto en Uruguay y Paraguay. De 15 ó 20 que suelen arribar al país, tres tienen continuidad, entonces estamos sintiendo la otra cara de nuestra historia. Ayer la dulce “Época del Dorado”, hoy la amarga ¿Época del Infausto”?, tal vez sí.
Para esta tesis, es sencilla la antítesis: contratar técnicos extranjeros que puedan aportar aquí en Colombia, tratar de revivir la época de Zubeldia, Bilardo, etc. Mientras que los nuestros, irse a probar ó prepararse por fuera de Colombia; dejando claro que ya no pueden sacar la misma frase de siempre, “fuimos jugadores, conocemos el medio”, obviamente, esto es algo de largo plazo, y la síntesis se verá efectiva en un futuro.
Por consiguiente, sólo tenemos que esperar…