Para los que no crean esta casa queda en la avenida 33, después del intercambio de Bulerías, en dirección al oriente, en la ciudad de Medellín. Acerca de los domingos en familia y los conciertos de los sábados no hay mayor cosa que decir (salvo que no me espero la calidad de la música religiosa de Bach. Ni siquiera la de P.O.D.). Lo de la noche de milagros si es ya un nuevo record mundial de ingorancia. Ahora resulta que los milagros son masivos, ocurren cada jueves a las 7pm en la 33. El único milagro que ocurre es el milagro económico de los dueños de este negocio que ven como aumentan sus ingresos aprovechándose de la ignorancia humana. No falta sino que abran un outlet en Guayabal con "milagros de temporadas anteriores".

Claro que para que exista un vivo tiene que existir un bobo. Como dijo Einstein: "Solo hay dos cosas infinitas. El universo y la estupidez humana. Y de la primera no estoy seguro". Algo infinito implica un mercado infinito y las diferentes religiones se han dado cuenta de ello. Siempre hay espacio para una más, mucho más delirante que la anterior. Y bueno, mientras haya personas que en medio de su ignorancia decidan entregar su fe al mejor postor (o pastor) el negocio será rentable.