La historia es la misma: hay un problema en la casa y se decide llamar a un especialista. Una vez resuelto el problema, el especialista habla de lo que se debe y no se debe hacer para que no se repita. Sin embargo, al rato suele aparecer de la nada nuestra venerada madre recriminándonos por lo sucedido y sacando a flote su lista de sugerencias que muchas veces no coincide con la del especialista, llegando incluso a contradecir la misma en algunos puntos.

Este caso es mucho más crítico cuando se trata de enfermedades o cirugías. Aparentemente, el médico es un pobre ignorante, sus años de estudio y de experiencia no son nada comparados con el instinto maternal, fuente inagotable de sabiduría a la cual solamente tienen acceso las mamás. Obviamente, cuando uno contradice a su madre diciéndole cosas como "es que el médico me dijo que la pastilla era cada 8 horas" o "el médico dijo que no había problema, que podía salir y hasta tomar trago", se vienen las acusaciones más graves a la honra de cualquier ser humano: "claro, es que esos médicos no se preocupan realmente por su salud, a ellos lo único que les importa es la plata y si a usted le pasa algo pa' ellos mejor, hay que ir a pagarles cita, exámenes y tratamientos".

Voy a adelantarme a las ideas que pasan por el lector promedio de este blog diciendo que la relación con mi mamá es excelente y siempre ha sido así, y si tuviera un trauma producto del maltrato infantil hubiera acudido al ICBF en su momento o a la Fiscalía en esta época. No voy a negar que toda madre que hace esto lo hace con buenas intenciones pero no por eso debe cuestionar la capacidad y la ética de un médico (o cualquier otro profesional). Finalmente, algunos piensan contradecir a la madre es ser un hijo ingrato que no valora a quien le dio la vida. Pues si es así, mi madre se siente orgullosa de que su hijo sea un ingrato.

Post scriptum: Ayer se retiró del automovilismo uno de los pilotos más grandes en la historia de la F1: Michael Schumacher. Independientemente del resultado (Alonso fue justo campeón y Massa justo ganador de la carrera), la despedida fue digna de uno de los más grandes, con reconocimiento por parte de todos los involucrados en F1 (hasta de Pelé) y una carrera emocionante donde mostró todo su talento. Es hora de que los colombianos dejemos la envidia y aplaudamos a un excelente piloto comparable solamente con Senna, Proust o Fangio.