Ya era hora de retomar el tema del profesionalismo. Y sobre todo, ya era justo atacar mi profesión para que no digan que solamente se miran los vacíos de las otras carreras. Me había demorado bastante para criticar la ingeniería que se hace en el país, tal vez porque casi ni se hace ingeniería en el país. Al menos en lo que tiene que ver con electrónica, telecomunicaciones y campos afines. En el país lo único que se hace es comprar tecnología hecha en otras partes solamente porque está de moda. La mayoría de las veces ni se sabe para qué funciona, nadie se pregunta si dicha tecnología es la más apropiada para las necesidades que se tengan, ni qué tan compatible es con lo que ya se ha instalado, nada de eso. Esas preguntas sobran, hay que decir que somos muy avanzados porque podemos comprar tecnología de punta, es decir, lo último que desarrollaron en otras partes.

Pero a qué se debe este fenómeno. En primer lugar, las empresas del sector (muchas de ellas dirigidas por ingenieros) no le apuestan a la ingeniería, no le apuestan al desarrollo, ni siquiera de nuevas aplicaciones en la "tecnología de punta que manejan". Para dichas empresas lo importante es poder decir que tienen dicha tecnología, más como una estrategia publicitaria que como algo útil de verdad. En segundo lugar, es poco lo que los ingenieros conocen acerca de los usos que la gente le da a las diferentes aplicaciones, haciendo que la preocupación sea más estar "a la moda" comprando lo que otros desarrollaron que solucionar efectivamente las necesidades de sus clientes. El otro gran problema es la falta de grupos de inversión en nuevas empresas de ingeniería, claro que ese es un problema general para la creación de empresas en todos los sectores, pero dada la alta inversión inicial en ingeniería es algo crítico.

Pero no podía dejar de lado las otras ingenierías, principalmente para hablar de las grandes obras de infraestructura. Tal vez el mayor síntoma de lo mal que están las cosas es que a la hora de hablar de nuestros grandes proyectos se mencione más a los políticos que a los ingenieros. Mientras en otras partes del mundo se habla de cómo se solucionaron los problemas técnicos, aquí se habla de atrasos, fallas, dinero faltante, corrupción y otro tipo de temas que en teoría nada tienen que ver con la ingeniería. Aquí a los problemas mencionados anteriormente debemos añadirle la rosca, mal que va más allá de nuestros ingenieros y que afecta a toda nuestra sociedad, pero eso será tema para otro post. Pero mientras nuestros problemas de ingeniería se resuelvan en juzgados nunca va a ser muy difícil alcanzar algún grado de desarrollo.