Tal vez alguno de ustedes recuerde el enunciado: "fumar no te hace grande, te hace ver como un niño que fuma", parte de una campaña radial para evitar el consumo de cigarrillo en menores de edad. Como todas las campañas en ese tema y por lo que hemos visto recientemente, su fracaso ha sido rotundo pero de igual manera queda la expresión que a mi modo de ver es aplicable para un sinnúmero de situaciones en las cuales una persona tenga la necesidad de aparentar madurez. No entraré a decir qué es madurez por que realmente no lo sé y tampoco me considero la persona más madura de este mundo, pero sí podría enunciar, haciendo uso de la dichosa frase, algunas cosas que así algunos lo quieran, no, no nos hacen más adultos:

- Obvio, fumar no te hace grande, te hace ver como un niño que fuma.
- Anunciar a viva voz que todo tiempo pasado fue mejor y menos si se refiere a los 80´s y mucho menos si vive en Medellín (es una obsesión en la actualidad, es como si quisiéramos recuperar el tiempo perdido).
- Irse de fiesta mínimo hasta las 4 am porque de lo contrario se es un adolescente zanahorio. Por otra parte, si lo hace antes de las 11 pm y arrastra a todo el mundo a la casa, usted está senil.
- Mirar con desprecio cuando alguien se ríe con una broma.
- Para las niñas (generalmente): conseguirse un novio 20 años mayor y exhibirlo (ahí el que queda como un pobre "culicagado" es él).
- Ser 20 años mayor, eso es estar viejo.
- No ver dibujos animados, inclusive los de adultos, eso es simplemente tener gustos particulares.
- decir que el cine hollywoodense es basura. Eso es ser seudointelectual.
- Decir: yo leo mucho.
- Preferir un café en vez de un bar.
- Hablar mal de la música actual y referirse a ella como lo que escuchan los adolescentes.
- Escuchar La W.
- Ver DW no te hace adulto ni alemán. Ver National Geographics o Discovery no te hace adulto y tampoco te hace más culto.
- Usar zapatos y meterse la camisa.

En fin, las cosas deben llevar un curso natural, ser uno mismo (por cierto, que uno debe ser uno mismo tampoco te hace grande) y no buscar excusas reforzadas para demostrarlo, así lo máximo que logrará hacer es el ridículo.

En esta revisión a los vicios de los profesionales de cartón, aquellos que creen que por tener un título determinado son mejores que el resto de la sociedad y todo el funcionamiento de la misma depende de ellos. Esta vez el turno es para los psicólogos, una profesión mirada por algunos de forma despectiva, llegando a ser estigmatizados como vagos y personas que no saben dónde están paradas. Esta actitud es injusta, no se puede desconocer la importancia de la psicología como disciplina ni su impacto en el mejoramiento de la calidad de vida de millones de personas. Sin embargo, muchas veces son los mismos psicólogos quienes se encargan de generar esa imagen.

Para comenzar es frecuente que se minimicen los problemas de los pacientes, simplificando sus problemas diciendo que "hay gente que tiene problemas peores". El hecho de que haya asuntos muchísimo más graves no significa que los problemas del paciente no merezcan la atención que está solicitando. Esta actitud lleva a otra simplificación: la de hay que vivir la vida sin preocupaciones, sin ser responsable de sus actos, inculcando la filosofía bartiana de "hago lo que se me antoja" (si no es fanático de Los Simpson le pido disculpas), dando a entender que si usted tiene un problema es culpa suya por andar preocupándose en lugar de disfrutar la vida. Este asunto llega a un punto en el que algunas veces al leer un artículo de un psicólogo en los grandes medios uno se siente leyendo un artículo barato de autoayuda.

Lo anterior es tan sólo una muestra del alto ego que pueden profesar algunos psicólogos, los cuales se sienten la conciencia del mundo, llegando a sentirse con la autoridad para definir ejercer un control social de las personas utilizando los conocimientos en psicología. Esta es la idea del biopoder de Foucault, que no es otra cosa que regular las actividades de las personas estableciendo una serie de conductas apropiadas e inapropiadas. Esto tiene consecuencias muy graves, como recomendar tratamiento psiquiátrico e incluso llegar internar en sanatorios a personas totalmente cuerdas por actuar de forma distinta a lo establecido como correcto.

Estas cuestiones éticas tan importantes dado el poder que tiene el psicólogo sobre el paciente son ignoradas muchas veces por los psicólogos. Es por eso que la psicología es vista por muchos como algo light, algo fácil, y muchos terminan graduándose de psicólogos solamente porque no tienen que ver matemáticas en la carrera. Otros van al otro extremo, y estudian la carrera porque se sienten enviados a salvar a la gente, considerándose seres superiores que van a impartir su sabiduría con el resto de la humanidad, olvidándose que por definición, casi todas las profesiones buscan "ayudar a la gente", directa o indirectamente.

Muchísimas gracias a dynamo quien me asesoró para escribir este artículo.

En este blog se habla en gran parte de aquellas particularidades características de nuestra sociedad que la hacen tan patética y se puede pensar que estamos exagerando, que no sabemos valorar lo que hay detrás de todo esto, pero es que definitivamente hay momentos en que ni siquiera hay que sentarse a explicarlo porque surgen comentarios como este:

"Paisitas: Por favor vayanse de Bogotá, esta no es su ciudad. Regresen pronto a un "paraiso pronvincial" Aca no se les necesita, al contrario no muchos queremos que esten fuera asi como a su gran paraco.
Un consejo: hablen bien, no digan que son Colombianos cuando esten en el exterior, nos hacen avergonzarnos por su caracteristico estilo estranbotico.
Campesinos paisas, vuelvan a su pueblo, con sus calentanas que aca hacen de prepago."

¿Qué se puede decir? disfrútenlo.

Enlace: Un paisa en Bogotá (Parte 1)

Desde el post anterior iniciamos una serie de artículos en los cuales hablamos de aquellos personajes que se sienten mejores a los demás por tener un título profesional, sintiéndose indispensables para el planeta y menospreciando a aquellos que no han estudiado su misma carrera. Hoy el turno es para nuestros administradores, para un buen grupo de ellos todo tiene una solución muy simple cuando el problema no los afecta. Cabe aclarar que este problema no es exclusivo de graduados en administración de negocios, también caen en esto quienes ocupan cargos administrativos, y se incrementa sustancialmente en quienes han hecho o están haciendo un MBA (léase Em Bi Ei).

Cuando alguien les pregunta por la mejor estrategia para sacar adelante un proyecto o solucionar un problema, algunos siempre responden con una mezcla de palabras en español e inglés (aquí no importa si saben inglés o no, aunque la pronunciación del español sea de gringo recién bajado del avión) sin importar si saben su significado. De esta forma ante cualquier inconveniente dirán que "hay que ser muy proactivos, emprendedores y visionarios, generar cadenas de valor que nos permitan romper paradigmas, generando un empowerment de parte de los empleados, permitiendo así la creación de sinergias mediante un coaching que permitirá consolidar nuestro good will y alcanzar las metas proyectadas". Esta respuesta es válida para preguntas respecto al personal, la producción, el mercadeo, situaciones jurídicas de la empresa, o incluso si alguien le pregunta si vio las tijeras que había dejado en el escritorio. Lo peor es que cuando alguien le pide una respuesta concreta se ponen a la defensiva y dicen "lo que pasa es que tú (importante el tuteo, nada de usted o vos) eres una persona muy poco proactiva, aferrada a los paradigmas que no te dejan ser emprendedor y visionario". A estas personas les respondimos hace mucho tiempo cuando declaramos orgullosos que este blog es muy poco proactivo.

Post Scriptum: Listo el episodio #o14 de Blogotemático.

Hay algo peculiar con los profesionales de este país y es que se sienten una raza superior discriminando al resto de los mortales que no tuvieron la "suerte" de estudiar una carrera e inclusive, peor, que cada quien considera su carrera superior a las demás lo que ya es el colmo; definitivamente hay algo en los títulos que idiotiza la gente. Otra vez estamos reciclando temas, pero me parece que es algo que no le habíamos dado la atención que merece, así que hemos decidido empezar un especial comentando algunos pequeños detalles que nos parecen molestos.

El tema surgió al escuchar una entrevista realizada a un funcionario público en cierta emisora nacional dirigida por un cierto reconocido esnob (cualquier parecido con La W es pura coincidencia). Dicha entrevista tuvo como origen un artículo publicado en un diario (anotación: el medio se remite a otro medio) donde se anotaba que las prácticas realizadas por la entidad (a la que pertenecía dicho funcionario) eran sospechosas de ser deshonestas o estúpidas. El funcionario explicó al derecho y al revés las metodologías utilizadas, las normas de referencia, las políticas y procedimientos de la institución pero para los periodistas existía una realidad muy clara: deshonestidad o estupidez.

Uno se pone a pensar quién es el que queda mal en una situación y la verdad los peor parados son los periodistas, y causa algo de indignación escuchar a los oyentes alabarlos. Lo más preocupante es que es una constante en todos los medios nacionales donde reina la desinformación. Pero bueno, la polémica es su forma de generar audiencia (capital) y los que realmente tendrían que pensar en estas cosas son lo oyentes que se dejan vender cualquier idea ridícula.